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INNOVACIONES SOBRE LA BIOTECNOLOGIA
¿Por qué las células de grasa engordan?
Un descubrimiento sorprendente acerca de la señal WNT apunta a la Sfrp5 como blanco potencial para medicamentos contra la obesidad
Mientras continúa la lucha mundial contra la obesidad a nivel humano los científicos de la Universidad de Michigan y sus colegas han hecho un descubrimiento sorprendente, a nivel microscópico, que podría contribuir a ese esfuerzo. Su trabajo explica por qué las células que almacenan grasa engordan y queman la grasa más lentamente a medida que se afirma la obesidad.
Si se demuestra que sus conclusiones obtenidas en el trabajo con ratones se aplican a los humanos, ellas podrían proporcionar un nuevo objetivo para los medicamentos que combaten la obesidad.
En el estudio de las señales diminutas que las células que almacenan grasa intercambian entre sí el equipo demostró el papel crucial, y antes desconocido, que desempeña una molécula llamada Sfrp5.
Los resultados se publican hoy en Internet y aparecerán en la edición de julio de la revista Journal of Clinical Investigación.
En una serie de experimentos el equipo de investigadores mostró que la Sfrp5 influye en una senda de señales conocida como WNT y estimula a las células de grasa –llamadas adipocitos- para que crezcan más y supriman la tasa de consumo de grasas en la mitocondria dentro de ellas.
Cuando impidieron que las células produjeran Sfrp5 los científicos lograron que los ratones no engordaran tan rápidamente porque sus adipocitos no aumentaron de tamaño, aún cuando a los ratones se les administró una dieta con alto contenido de grasa.
Los científicos incluso demostraron el impacto cuando transplantaron la grasa de ratones deficientes en Sfrp5 a otros ratones.
Descifran el ADN de un feto sin prácticas invasivas
Científicos estadounidenses lograron descifrar el genoma de un feto a partir de una toma de sangre de la embarazada y otra de saliva del padre.
Este hallazgo abre el camino a una nueva etapa en la que los progenitores tendrán más facilidades para conocer el ADN del bebé, lo que permitirá diagnosticar miles de enfermedades genéticas antes del nacimiento.
Peter Benn, profesor de Genética y Biología en la Universidad de Connecticut, EEUU, afirmó que este hallazgo, publicado en la revistaScience Translational Medicine y reproducido por el diario The New York Times, “es una ventana al futuro”.
Especialistas en genoma de la Universidad de Washington aprovecharon una nueva secuencia de ADN de alta velocidad y algunos sistemas estadísticos y computarizados para deducir la secuencia de ADN del feto con una exactitud del 98%.
Si bien este es un gran avance, el proceso no es lo suficientemente accesible y práctico para ser usado en el presente, admitió el equipo.
Calcularon hoy, realizar un genoma fetal tendría un precio de entre u$S 20 y 50 mil.
Pero como los costos de la técnica están bajando con rapidez, los expertos calcularon que el procedimiento podría estar disponible para el uso masivo dentro de tres a cinco años.
Hoy se puede determinar la secuencia de ADN de un feto con células fetales a través de la amniocentesis, en la que se extrae una muestra del líquido amniótico que rodea al feto.
Pero este método es invasivo y representa un riesgo pequeño de inducir a un aborto.
Para los que temen transmitir una enfermedad genética existe la opción de acudir a la fertilización in vitro y analizar un embrión antes de ser implantado en el vientre.
Pero la novedosa técnica de los expertos de la Universidad de Washington no exige células completas del feto y hará que este tipo de pruebas sean más fáciles y poco riesgosas.
Por primera vez inyectan sangre cultivada en laboratorio a un humano
Hay mucha gente que la pasa mal donando sangre para alguien que lo necesita, pero cuánto peor lo pasa la persona que necesita donantes y además tiene un grupo sanguíneo escaso o poco compatible. Todo ello podría quedar en el pasado dentro de un tiempo, porque Luc Douay (de la Universidad Pierre y Marie Curie, en París) extrajo hemocitoblastos de la médula ósea de un voluntario y las hizo desarrollarse en glóbulos rojos a través de una serie de factores de crecimiento.El equipo liderado por Douay etiquetó las células cultivadas para seguir su rastro e inyectó 10.000 millones de ellas (equivalentes a 2 mililitros de sangre) de vuelta al torrente del donante de médula. Los resultados fueron publicados en el periódico médico Blood.Tras cinco días, entre un 94% y un 100% de las células continuaban circulando en el organismo del voluntario y A los 26 días, permanecía entre un 41% y un 63% de las células (que es una tasa normal para las células de sangre producida de manera normal). Las células de laboratorio respondieron tal como las normales, llevando oxígeno de manera efectiva a todo el cuerpo. Excelentes noticias para la medicina y la salud.
“Los resultados muestran una promesa de que hay una reserva ilimitada de sangre al alcance”, celebra Douay. Algo vital, sobre todo pensando en lugares del mundo que padecen de elevadísimas tasas de infección por VIH.Ya existen otros intentos por sintetizar sangre a través de la creación de un sustituto artificial (en lugar de crear sangre natural de manera artificial), que serían muy útiles para guerras o terremotos, porque tiene la ventaja de no necesitar refrigeración. Pero ésta cuenta con la ventaja de que se asemejará mucho más a la real, disipando las inquietudes de seguridad que generan los productos artificiales.El trabajo de Douay representa un gran salto, pero aún falta recorrer un largo camino antes de contar con una producción masiva de esta sangre. Por ejemplo, para realizar una transfusión a un paciente, se necesitarían 200 veces la cantidad de células utilizadas en este trabajo. No obstante, Robert Lanza, uno de los primeros en cultivar glóbulos rojos de laboratorio a gran escala, sostiene que el uso de células madre embrionarias podrían generar diez veces la cantidad lograda por Douay.
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